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El mourinhismo se queda


Durante los últimos tres años el madridismo ha asistido a un fenómeno hasta ahora desconocido para los que no llegamos a vivir la época de Santiago Bernabéu: Alguien del Real Madrid hablaba claro y sin tapujos en defensa del club. Nada de los circunloquios ingeniosos pero fatuos de Valdano, nada de la corrección política de Butragueño y menos aún de la exasperante reticencia de Pardeza a denunciar cualquier atropello contra el Madrid (nunca olvidaré cuando, viendo la agresión de David Navarro a Cristiano, dijo que el levantinista "levanta el brazo para protegerse"). No, simplemente un tipo que cuando se maltrataba al Real Madrid lo denunciaba y señalaba al ofensor, alguien que cuando sentía que nos robaban denunciaba al ladrón y al sistema que permitía los atracos.
  • En su primer año Mourinho señaló lo que él veía como lacras en el Real Madrid que le impedían estar a la altura que le corresponde por la expectación que despierta en el mundo. No dudó en enfrentarse con la UEFA (los "por qué"), contra la RFEF e incluso contra la propia resignación del club ante las afrentas: La rueda de prensa en que sacó una lista de fallos arbitrales, no fue para denunciar el enésimo robo del régimen de Villar-Gaspart sino para decir "el club me da esta lista para que yo monte el pollo pero me deja sólo, nadie sale a denunciar los atracos más que yo".
  • Los frutos de este año de denuncias se recogieron en el siguiente al acobardarse Villar cuando comprobó que la impunidad con que favorecía al Barcelona se había acabado, que sus atracos ahora tenían repercusión mundial gracias al tirón mediático de Mourinho. Sin la persecución arbitral de años anteriores el Real Madrid batió todos los récords en Liga con 100 puntos y 121 goles ante el Barcelona más bla, bla, bla de la historia y estuvo a una tanda de penaltys de meterse en la Final de Champions.
  • Pero al tercer año el Barcelona reaccionó, metió a Freixa en los comités de la Federación de Villar y eso tuvo efectos inmediatos que se plasmaron en unos arbitrajes que, sumados a la displicencia de ciertos jugadores que no soportaban la tensión competitiva impuesta por Mou, pusieron en Septiembre al Barcelona a una distancia insalvable para el Madrid. Ahí las alimañas carroñeras de la prensa olieron la debilidad de Mourinho y emprendieron la campaña de linchamiento más sucia que se haya visto jamás en el ámbito deportivo e incluso político en este país.

Curiosamente, en este tercer año en que ha sido más vilipendiado, Mourinho apenas ha abierto la boca, yo creo que él mismo vio que no podía contra tantos frentes abiertos -topos en el vestuario, un villarato reforzado, una prensa que ya iba a por su familia al puro estilo de los sicarios de los cárteles colombianos, un club que seguía siendo un elefante que se resistía a despertar- y como al fin y al cabo José Mourinho no es más que un entrenador (el mejor del mundo, eso sí) y un padre de familia, ha acabado haciendo lo mejor para él y para los suyos: Dicho en sus palabras, "ir a donde le quieren".

Capello 1996-Mourinho 2010

Para entender mejor la revolución que ha traído Mourinho al Real Madrid hay que remontarse a la primera temporada que entrenó Capello al Real Madrid: El italiano cogió un Real Madrid eclipsado por el Barcelona de Cruyff al que, (igual que haría años después Mou con su Inter la noche de los aspersores) el italiano había humillado goleándole por 4-0 en la Final de Champions League de Atenas.

Capello revolucionó un Real Madrid que aún vivía de los recuerdos de la Quinta del Buitre (como el que cogió Mourinho suspiraba por la época galáctica) introduciendo dos cambios drásticos:
  • Profesionalizó el club, pasó de los entrenamientos de ratito por la mañana e irse a tomar el vermouth, a las dobles sesiones de mañana y tarde con comida y siesta en la Ciudad Deportiva.
  • Comprendió que la cantera no podía repetir sistemáticamente Quintas exitosas y acudió al mercado para hacer un equipo realmente competitivo con los fichajes de Roberto Carlos, Seedorf, Karembeu, Illgner, Panucci que se sumaron a otras incorporaciones que había hecho el club como fueron Mitjatovich y Suker.
Pero como el Real Madrid seguía sin ser un club moderno y profesional, Capello chocó con el caprichito de Lorenzo Sanz de tener a su niño jugando en el primer equipo y harto de ver malas caras presidenciales pese a arrasar en la Liga por tener a la criatura en el banquillo -tal y como él mismo confesó en el programa de José María García- prefirió marcharse del club, eso sí, dejando un legado de plantilla y método de trabajo que dio sus frutos al año siguiente en forma de Séptima Copa de Europa (ojalá este paralelismo entre Capello y Mou se repita y el año que viene sea el de la Décima).

La tensión

La revolución de Mou tiene muchos paralelismos con la de Capello porque hizo un diagnóstico parecido al del italiano de la causa de los males del Real Madrid: Poca profesionalidad y conformismo.

Si hubiera que resumir en una palabra la era Mourinho en el Real Madrid esta sería "tensión". Mou se dio cuenta de que el club se conformaba con victorias morales ante un Barcelona al que reconocía como superior y se marcó como objetivo batirles en todos los frentes. Por eso convirtió los enfrentamientos Madrid-Barcelona en auténticas batallas, en lo opuesto a los bailecitos de salón que habían implantado los barcelonistas con la protección arbitral y que tan buen resultado les estaba dando. Para Mou los partidos con el Barcelona empezaban con un incendio en la rueda de prensa anterior y terminaban con una tangana en el 90. Su objetivo era desquiciar al rival para hacerlo más vulnerable, lo que no contaba era que la red que él tejía para atrapar al Barsa, su propio capitán la descosía a sus espaldas con llamaditas al enemigo para aliviar la tensión que tanto desgaste personal estaba costando a Mourinho, en aras de un buen rollito en la Selección muy importante para Casillas pero de nulo interés para el Real Madrid.

Si Capello se enfrentó a la poca profesionalidad de Lorenzo Sanz, a Mou le ocurrió lo mismo con la del portero: Tanto el presidente de entonces como el capitán de ahora antepusieron intereses personales a lo que Fabio o José consideraban prioritario, algo tan simple como ganar: "Bonito no es jugar en el Real Madrid, bonito es ganar con el Real Madrid".

Madridistas disfrazados

Al final ha sido la falta de madridismo lo que ha acabado con la etapa de Mourinho. José sólo pedía una cosa: que todo el mundo en el club -y de ser posible también la prensa "madridista" y los aficionados- remaran en una única dirección y tuvieran como único objetivo los triunfos del Real Madrid. Pero se encontró con que unos estaban más pendientes de su posición en el Grupo Prisa que de las victorias del club (Valdano); que otros ponían por delante el buen rollito en la selección y que su novia y amiguetes (todos antimadridistas) estuvieran siempre bien informados (Casillas); una buena parte de la afición se tragaba la basura que le vendía la prensa y apelaba a un supuesto señorío histórico que nada tenía que ver con el carácter depredador de Bernabéu o Di Stéfano (los "piperos") y la prensa supuestamente madridista demostró que mucho espíritu de nosequé, mucho clavo de nosécuanto, pero que a la hora de la verdad, yo escribo lo que le gusta a mi jefe por mucho que eso vaya contra el Real Madrid (Tomás Roncero). Mou los caló desde el principio y los etiquetó con acierto como "Pseudo-madridistas" o "madridistas disfrazados".

Lo peor

Pero quién se ha quitado la careta de verdad ha sido la prensa deportiva. Esos no son madridistas disfrazados ni nada parecido, son lisa y llanamente antimadridistas: Ignoro la proporción de aficionados del Real Madrid en España, pero si tomáramos como baremo la prensa de difusión nacional pensaríamos que el país se divide entre indios y culerdos y que equipos como el Athletic de Bilbao o el Sporting de Gijón, dada la cantidad de periodistas que se confiesan seguidores de estos clubes, cuentan con más aficionados que el Real Madrid. Aquí hay dos factores muy importantes a tener en cuenta:

  • Medios como Marca que han llegado a ser referencias internacionales por publicar un periódico en que la mitad del contenido era información relativa al Real Madrid -y por tanto su principal clientela era el madridismo- se encuentre dirigido en sus diferentes ramas, no ya por aficionados a otros equipos como pueda ser Campillo -director del diario- o Contreras -director de la web- sino por sujetos cuyo odio al Real Madrid les hace rozar peligrosamente la demencia, casos del subdirector Segurola o el director de Radio Marca García Caridad.
  • Estos medios encargan la información del Barcelona a un "soci" y la del Madrid a alguien cuya primera condición sea la de sentir un odio africano hacia el club blanco. Se ve claramente en los masajes cuasi-eróticos que se da al compareciente en las ruedas de prensa del Barcelona y el tiro al blanco que perpretan los Meana, Fernando Burgos o Diego Torres en las del Madrid.
Si embargo en este contrasentido -han llegado a donde están por el Real Madrid, su principal clientela sigue siendo la madridista, pero ellos son antimadridista y su empeño es destruir al club- está su debilidad. Si los aficionados blancos les tratamos como se merecen se van a la mierda. 

Por eso que en la misma semana en que se ha dado a conocer la salida de Mou hayan aparecido unos datos de la OJD (Oficina de Justificación de la Difusión) que dicen que Marca vendió en abril 53.000 ejemplares diarios menos que en el mismo mes del año pasado y que AS cayó 35.000 en el mismo periodo (lo que supone que venden 1.500.000 y 1.000.000 ejemplares menos al mes respectivamente) no deja de tener algo de justicia poética, porque el derrotado Mourinho se verá muy pronto ensalzado por miles de londinenses vestidos de azul (si acaba en el Chelsea como parece) mientras que la canalla mediática que supuestamente ha vencido en esta batalla se puede ver rodeada, pero de acreedores y de abogados laboralistas que peleen los EREs que se avecinan.



Aparte de esta caída de las ventas cabe destacar que, según webs especializadas en prensa como PR Noticias, Marca tiene su umbral de rentabilidad en 200.000 ejemplares, luego cada mes que baja de esa cantidad está perdiendo dinero. ¿Cuanto pueden aguantar? Si no hay incautos que se olvidan del trato que han dado a Mourinho y Real Madrid y vuelven a comprarlos atraídos por sus Neymar o Bales en portada, sus horas están contadas. Porque ya está bien de aguantar sus mentiras sobre fichajes sabiendo que son invenciones para vender en verano, antes podían parecernos mentirijillas comprensibles, pero viendo la calaña de estos personajes no hay que pasarles ni una, que vayan a engañar a sus colegas antimadridistas, que de nosotros no saquen ni un euro, ni un minuto de audiencia, ni un click.

El mourinhismo se queda

Porque la primera batalla de los que apoyábamos a José Mourinho en el convencimiento de que es el mejor entrenador que podía tener el Real Madrid, es acabar con los que han utilizado las artimañas más rastreras para impedir que siga con nosotros. Los mensajes a los propietarios de los medios tienen que ser tan sencillos como decir:


  • "Si usted tiene una radio en la que el director es un antimadridista de atar con camisa de fuerza, donde los directores de  programa son el tonto de los cumpleaños, el ex de la Carbonero o cualquier otro que cumpla el requisito de odiar al Real Madrid, no espere un oyente blanco".
  • "Si su programa estrella de la noche lo dirige uno que presume de atlético y es furiosamente antimadridista, confórmese con oyentes rojiblancos y antimadridistas porque no tendrá ni uno del Real Madrid".
  • "Si mantiene en su plantilla a sujetos que, por encima de su falta de profesionalidad, han demostrado ser auténtica gentuza capaz de acosar un día sí y otro también a una persona e incluso a su familia, no cuente con los que aprecian a la víctima de sus canalladas".
  • O si esto no está bastante claro: "Si en sus medios están como directores, redactores o tertulianos Segurola, Caridad, Meana, Palomar, Lama, Castaño, Brotons, Rivero, Diego Torres, Roberto Gómez, Iñaki Cano, Relaño, Fernando Burgos, Héctor Fernández... (tiempo habrá de ampliar esta lista), no cuente con ningún lector, oyente, espectador o internauta -si no del Real Madrid (no podemos responder por los piperos) si de los que no queremos que quede impune la persecución y linchamiento de José Mourinho y su familia.
Este puede ser el primer gran servicio del mourinhismo que se queda al Real Madrid y a la prensa nacional, una limpieza a fondo, no ya de periodistas infames, sino de gentuza de la peor ralea.

El siguiente paso del mourinhismo que se queda será reclamar a los de nuestro equipo la profesionalidad que José Mourinho ha demostrado que es imprescindible para estar a la altura que merece el Real Madrid, para no volver a las eliminaciones coperas ante equipos de Segunda B o caídas año tras año en octavos de Champions, pero de eso tendremos mucho tiempo de hablar.

Comentarios

  1. Hola.

    Creo que fueron los propios periodistas, tan pagados de si mismos, con los éxitos de la Selección, los que llamaron a Iker y le dijeron, oye, trata de arreglar esto, que éste portugués se carga la Roja... llama a Puyol y Xavi, pídeles perdón, y nosotros hacemos lo demás. Y como buen borreguito, Iker llamó a sus amiguitos culés, la prensa lo reflejó convenientemente, Mou quedó como el malo, y ahí empezó todo... ahí empezó a manchar el brazalete de Capitán del Madrid, Club que le paga, y le ha formado.

    Saludos

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    Respuestas
    1. Sí, y con el Príncipe de Asturias ex aequo con Xavi Hostitú lo perdimos definitivamente

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    2. Si después de todo lo dicho, Iker no abandona a la periodista encargada de las filtraciones, es que el Real Madrid, el club que le paga, se sitúa en el último lugar de sus preferencias.

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