A muchos sorprende que el Barcelona lleve toda la temporada quejándose de los arbitrajes y montando numeritos como el de mandar a un abogado a denunciar que un falangista había presionado a un linier (anónimo, por supuesto) para que perjudicara al Barsa en un clásico. De nada sirve tener un balance de penaltis de 10 a favor y 0 en contra (el Madrid 5 a favor y 3 en contra), ser el equipo que menos tarjetas recibe pese a sus tácticas de acoso y presión a los árbitros o llevar no sé cuantos goles metidos en fuera de juego. Todo esto no es suficiente, tanto directivos, técnico, jugadores y esbirros mediáticos claman indignados por el "maltrato arbitral". Ya digo que a mucha gente sorprende esta actitud, pero no es mi caso, primero porque el cinismo es el rasgo más acusado de la identidad barcelonista y segundo porque este año tocan elecciones en la RFEF y creo que ahí puede estar la explicación de esta campaña de presión barcelonista. Las elecciones de la RFEF se celebran el ...