El triunfo de los mediocres

El final de Mourinho en el Real Madrid me recuerda al de la película Amadeus de Milos Forman en la que un anciano y enloquecido Salieri, tras contar en confensión a un cura que él había matado al genio Mozart y relatar todas las artimañas y conspiraciones que había llevado a cabo para acabar con él, es llevado en silla de ruedas por los pasillos del manicomio y clama con los brazos en alto dirigiéndose a los locos: "Saludadme, soy el rey de los mediocres". En el Real Madrid cae el genio y no hace falta que ningún mediocre confiese las conspiraciones que han llevado a provocar su salida, la única diferencia es que aquí no hay un rey de los mediocres sino un reino cuyos súbditos son los que trabajan en ese subproducto que conocemos como prensa deportiva en nuestro país.

Ignoro si Mourinho le dijo al subalterno Meana lo de "Yo soy un entrenador top y tú un periodista de mierda", no me creo nada de lo que dice la prensa deportiva y menos el inútil del "correveydile" de Caridad, entre otras cosas porque no da una. Pero si no lo dijo Mou lo digo yo: Mourinho está en la élite de los entrenadores de fútbol a nivel mundial mientras que los periodistas deportivos españoles son lo más mediocre de su profesión, el 90 por ciento están en deportes porque sus directores no los consideran aptos para ponerlos a escribir noticias "serias" y los dejan en una sección donde el rigor informativo brilla por su ausencia.

¿Se imaginan a Meana retransmitiendo una rueda de prensa del Consejo de Ministros equivocándose en los miembros del Gobierno que hay presentes y las carteras que tienen asignadas? Pues eso es lo que ha hecho este subperiodista siempre que ha pretendido informar de una alineación del Real Madrid, meter la pata hasta el corvejón e ir de ridículo en ridículo con la sonrisa ovejuna de quién no da más simplemente porque no tiene.

Una prueba de lo que digo, de la consideración que tienen los periodistas deportivos en sus medios, es que cuando Pedro J. Ramírez quiso echar a Ramón Calderón (tras la salida de su hombre, Melchor Miralles, de la directiva blanca) puso a Eduardo Inda, un periodista "de verdad", al frente de Marca para conseguir su propósito porque sabía que los periodistas deportivos al uso, bien estaban pringados con Calderón, bien no daban la talla o bien ambas cosas. Puedes estar de acuerdo o no con Inda (a mí lo que hizo con Pellegrini no me gustó nada, pero eso sí, no entró en la descalificación personal, sólo en la estrictamente técnica) pero cualquiera reconoce en él una profesionalidad ausente en la inmensa mayoría del resto de periodistas deportivos y ve como normal que haya vuelto a la información general donde, quizás como guiño a su madridismo, se ha "cargado" al ex-jugador culerdo Iñaki Urdangarín.

Los mediocres

Echemos un vistazo rápido a unos cuantos de estos mediocres representativos de su gremio:

• Segurola: Escribía con estilo en El País (para mí sin llegar a un Gistau, un Jabois, un Bustos o un Ruiz Quintano, sólo por citar a unos pocos "ultras descerebrados" como llaman éstos a los mourinhistas). Como lo de director de una sección de deportes se quedaba corto para su ego, por lo que digo de la poca consideración que tienen en su propia profesión, se pasó a cultura, donde tras demostrar que no daba la talla acabó fuera de PRISA y aterrizando en la competencia como subdirector de Marca. Además de mediocre -se repite más que el ajo- es sibilino y taimado, es capaz de alabar a uno por lo mismo que critica de otro según sean amigos o enemigos y no se corta a la hora de hacer ejercicios de cinismo como criticar a Florentino Pérez por los fichajes que recomendaba Valdano, sin citar ni una sola vez a su amigo y confidente. Un jeta tan pagado de si mismo como su contertulio Julio César Iglesias, otro que va de culto pero rallando en la caricatura. Si alguien aguanta un cuarto de hora de una tertulia en la que participe le oirá veinte citas a si mísmo del estilo de "como acertadamente dije en su momento...". Puso nombre a la "Quinta del Buitre" y aún vive de ese éxito.

• Otro que vivió un tiempo de un término creado por él fue Relaño. Con "villarato" defínía los privilegios que disfrutaba el Barsa con la RFEF de Villar sobre todo a partir de las elecciones en que Laporta traicionó a los demás clubes y en lugar de apoyar a Gerardo González como habían acordado, se pasó al bando del ínclito Angel María Villar facilitando que siguiera en la poltrona y cobrando los réditos de su ignominia. Pero claro, el Grupo PRISA se catalanizó a partir de la venta de sus inmuebles a la familia Pujol y Relaño se olvidó para siempre de su "villarato" y se dedicó a ese género tan odioso de la comparación: Su columna tipo es en la que compara al Madrid con el Barsa para mortificar a los blancos restregándoles por la cara lo bien que hacen todo los culerdos.

• Y como pareja al estilo Ibañez de Relaño, como el Otilio de Pepe Gotera, aparece Roncero. Muchos lo ponen de tonto manipulado por sus jefes de PRISA, pero éste es tonto al estilo de uno de mi pueblo que decía "seré tonto, pero a mi madre le dan una paga por mí". "A lo tonto" es subdirector de AS y está en tertulias televisivas y radiofónicas "pelándolo" a base de bien mientras propaga un madridismo casposo y chabacano que encima es falso y está al servicio, no del Madrid, sino de su grupo editorial. Después de que se ha sabido que conspiraba junto con Relaño para buscar un candidato de PRISA contra Florentino, espero que el club mande de una puñetera vez una carta a las Peñas diciendo que Roncero representará cualquier cosa menos al Real Madrid. 

• Y para chabacano, el periodismo de andamio de Lama y Paco González, con un ingenio cuyas cotas más altas son responder con un "por el culo te la hinco" a quién diga "cinco" o un "menéamela a ver si me crece" cuando el que pica -generalmente Poli Rincón- dice trece. Además de gañanes, mala gente, lo de Lama con el mendigo es una más de un sujeto sin escrúpulos capaz de insultar, denigrar y mentir contra quién le señale el que le pague en esos momentos.

• Maldad y mediocridad definen a Paco García Caridad, el que discurre por las noches las infamias que pregunta Meana por las mañanas. Su odio por el Real Madrid raya en la demencia y le ha llevado convertir en un fiasco la única radio de deportes de nuestro país, porque la ha convertido en una radio temática, sí, pero cuyo único tema es el antimadridismo, con una pléyade de directores de programa, reporteros y tertulianos cuyo nexo de unión es su ojeriza a todo lo blanco. Curiosamente este inútil se permite dictar lo que tiene que hacer el equipo más valioso del mundo, quién tiene que seguir (eso sí, si pide perdón como dice de Arbeloa) y a quién hay que echar. Mientras, Radio Marca, sin competencia de ninguna otra emisora, no sólo lleva años estancada sino que pierde oyentes.

• Un apartado especial merece la señora Paloma del Río, la directora de programación de la televisión pública de todos los españoles (a menos que se sientan madridistas) quién no sólo se define como antimadridista de palabra, sino que lo corrobora con los hechos entregando la programación a sujetos como Juan Carlos Rivero, que a su vez contrata con dinero público a esbirros para arrear al Real Madrid del pelo de Roberto Gómez o Brotons, por citar sólo un par de ellos.

• Hay también una recua de personajes que no son periodistas pero que "triunfan" en los platós y estudios radiofónicos por su antimadrismo, como Cristóbal Soria -expulsado del Sevilla por macarra que critica a Mou por atentar contra los valores del Madrid- o D'Alessandro, quién el tiempo que no está hundiendo a algún equipo en Segunda B se permite decir como tiene que jugar el Madrid.

• Y para terminar un subgénero: Los aduladores de Casillas como Fernando Burgos, aunque a estos no sé si ponerlos en la profesión de periodismo o en la de servicio doméstico.

En definitiva, una panda de mediocres que han conseguido mediante la mentira, la difamación y el acoso más infame acabar con un proyecto que ilusionaba a muchos madridistas. Y aquí llega la cuestión: Si el Real Madrid es el club más valioso del mundo, su presidente es un empresario de relevancia mundial, su entrenador está considerado por muchos el mejor y sus jugadores se cuentan entre los mejores del planeta, ¿no sería normal que la información del club la cubrieran periodistas, sino referentes a nivel mundial, si al menos que destacaran en su profesión? Porque a mí que no me vendan motos, Antón Meana no tiene categoría para cubrir la información de su Sporting de Gijón, menos de todo un Real Madrid. Eso sí, pasará a la historia como el "periodista al que Mou encerró en un cuarto", eso será lo más destacado de su carrera profesional.