La presión de la prensa antimadridista para que el Real Madrid juegue con cuantos más españoles mejor no es por fervor patriótico o porque piensen que Kiko Casilla sea mejor que Keylor, Nacho que Pepe, Isco que Kroos, Lucas que Bale o Morata que Cristiano o Benzema. No, es algo mucho más simple, es negocio. Como decían en la célebre película sobre otro tipo de mafia, "no es nada personal, sólo son negocios". Pongamos las cosas claras: Si Santiago Segurola defiende la titularidad de los jugadores españoles del Real Madrid no es en absoluto porque desee lo mejor para los blancos. Si Roncero y Lama piden que se mande al banquillo a Benzema y Bale, no es porque crean que así va a ganar más títulos el club de Florentino Pérez. Si Carreño, Castaño y demás chicos de Julio Pulido quieren hacer el once inicial del Real Madrid con todos españoles no es porque hayan aparcado ahora su antimadridismo. Si Susana Guasch reprocha a Zidane que no ponga a Isco no es porque haya perdona...